Los Retos de la Práctica Docente en la Educación Artística, de acuerdo al Nuevo Modelo Educativo de la Nueva Escuela Mexicana

Por: Brenda Laura Ramos Reyes
“Las artes son un medio muy importante para el desarrollo de los aspectos más sutiles y complejos de la mente, ya que suscitan, desarrollan, refinan formas de pensamiento que facilitan abordar las ambigüedades e incertidumbres cotidianas”
Elliot Eisner
La propuesta actual del Nuevo Modelo Educativo de la Nueva Escuela Mexicana, invita a los agentes culturales y educativos, a la revisión de la enseñanza de los lenguajes artísticos en la formación de formadores ya que, no sólo estamos hablando de las formas específicas que tiene cada una de las manifestaciones del arte, sino de los procesos de enseñanza aprendizaje de la educación artística que permitan el desarrollo integral de los individuos.
Al hablar de Educación Artística, se debe considerar su saber epistemológico para establecer los aspectos sociales e históricos de la sociedad actual y ello nos brinde el reconocimiento de la evolución del pensamiento artístico, pero, sobre todo, de las necesidades de los sujetos que actualmente se encuentran inmersos en la vorágine de los medios masivos de comunicación y las redes sociales.
Apostar a la construcción de sociedades críticas, empáticas, incluyentes y respetuosas con el medio ambiente, es abonar desde una educación artística que integre de manera transversal valores y retos para el desarrollo del pensamiento creativo. No se trata de replicar las formas del arte plástico o de los repetitivos ensayos para la expresión escénica, sino de la experiencia estética aunada a la producción de saberes del conocimiento, las técnicas y actitudes para el gusto estético y el consumo cultural.
Desde dicha mirada, tanto los espacios culturales que tienen la tarea de acercar el arte al público, como los educadores, deben revisar los procesos de mediación. Considerar que los ejes de apreciación del arte y su contextualización, nos pueden llevar a la expresión artística de los individuos; así mismo, es importante considerar los campos de desarrollo del ser humano para incidir en cada uno de ellos desde las artes. Lo cual nos guía a los formadores de la enseñanza, a la identificación del capital cultural con el que cuentan los aprendientes, para establecer líneas y orientaciones pedagógicas que enriquezcan su acervo en materia de expresión y apreciación artística. En esta búsqueda dialógica en el que alumno y docente aprenden y crecen en el proceso humanizador de la educación en y a través del arte, la retroalimentación es constante.
La práctica docente para el ejercicio de la educación artística, exige el conocimiento de los lenguajes artísticos, los ejes de enseñanza y los campos de desarrollo del ser humano, además de poseer herramientas para la mediación óptima entre el arte y los sujetos, así pues, conocer de música, danza, teatro y artes plásticas, no es una tarea sencilla y sin embargo, se debe procurar la enseñanza honesta, práctica y crítica, de estos lenguajes artísticos durante la formación de formadores, pero también, se debe proveer de herramientas pedagógicas y didácticas a los especialistas de las artes . Entender que la Educación Artística no es la síntesis de un producto manual, si no la oportunidad para desarrollar habilidades y capacidades valiosas en el ser humano. Tal y como lo señala Elliot Eisner (2004), la educación artística es una forma de aprendizaje global que fomenta el pensamiento crítico y el desarrollo de la mente.
En la consideración del arte como eje articulador en la Nueva Escuela Mexicana, el reto para los docentes es inminente ya que, es necesario tener un mínimo de conocimiento sobre los contenidos y técnicas que se emplean en los distintos lenguajes artísticos, entender que existen artes plásticas y artes escénicas, que llevar a la representación artística, conlleva un proceso de abstracción y metaforización de la realidad, antes de ser expuesto el objeto o el sujeto. En dicho sentido, la mediación cobra el papel más importante.
En el ejercicio de la mediación entre el arte con sus formas específicas y el aprendiente, los apoyos para la apreciación, son determinantes, enseñar a observar, oír, sentir e imaginar dentro de un ambiente de respeto y en consideración con la otredad, dejando de lado las formas hegemónicas del academicismo para la enseñanza de las artes, requiere de toda una conformación ética del docente, además del conocimiento de los lenguajes artísticos, como se mencionó anteriormente.
Pero… ¿qué sucede cuando se trata de la expresión artística?, regresamos a una mediación mucho más puntual, dejando de lado las técnicas, para situar al alumno en el proceso mediante preguntas que le permitan la selección de los materiales, la música o los movimientos, además de la reflexión sobre lo que le invita a realizar la reproducción plástica o escénica de determinado estímulo, sea una imagen, el sonido, una sensación o una problemática social.
En respuesta a la integración del arte como un lenguaje expresivo dentro del nuevo modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana, se puede identificar el reto, pero también su riqueza si se aplica adecuadamente ya que las bondades del arte en la educación, son enormes, tanto en su aplicación esencial como herramienta a través de la cual se consiga otro tipo de enseñanza, ejemplo de ello, es la historia a través del teatro, el desarrollo del pensamiento lógico matemático con la música y la danza, la representación del cuidado ecológico mediante las artes plásticas y el fortalecimiento de los valores de respeto, inclusión y colaboración, por mencionar algunos.
Con base en el principio de la Nueva Escuela Mexicana, la conciencia social dentro del enfoque humanista que le caracteriza, los formadores de los futuros docentes, deben realizar, un trabajo analítico sobre el uso de los lenguajes artísticos, propiciar la reflexión en temas que orienten el pensamiento creativo para la concreción del producto artístico. Realizar preguntas reflexivas que permitan al estudiante, expresarse y después en un ejercicio metacognitivo, recuperar sus procesos. Este mecanismo le permitirá hacer una transposición didáctica de lo aprendido.
La Educación Artística favorece la apropiación cultural mediante las expresiones artísticas de los legados históricos, éste puede ser el inicio de la reflexión de las condiciones sociales del México actual, además de propiciar la conciencia social, ecológica y humana. Las artes en su naturaleza lúdica, ennoblece a los individuos y fortifica la cultura. En un país como el nuestro, con una enorme infraestructura cultural, sólo se requiere de favoreces las prácticas en el ejercicio artístico y el consumo del arte que se produce en cada territorio. Aspectos que sólo se logran a través de la enseñanza de los lenguajes artísticos con una adecuada mediación.
Es imperante hacer una mirada retrospectiva a lo que se concebía como Educación Artística hace veinte años, y la propuesta desafiante del modelo educativo actual, en materia de expresión artística dentro del campo de desarrollo de lenguajes y como eje transversal. Las artes son necesarias, han dejado de ser expresiones privilegiadas, para convertirse en medios de expresión, herramientas para la concreción de saberes y, medios para el desarrollo integral de los seres humanos. Es la oportunidad para crecer en comunidad, para propiciar el concilio entre las diferencias, valorar la diversidad y promover espacios de creación individual y colectiva. Es la praxis de la enseñanza aprendizaje desde la exploración lúdica, crítica y social, que permite construir seres creativos, capaces de dialogar consigo mismos y con la otredad.
El arte es esencial en la tarea educativa, por lo que es necesario establecer un vínculo entre los espacios educativos y los agentes culturales para la deconstrucción de un fortalecido tejido social; cometido de la Nueva Escuela Mexicana.