"MUJER" en Cuba es Hablar de Sensibilidad y Fortalezas Entrelazadas

Dra. Lourdes María Balanzó Palacios
La mujeres cubanas, crean, perseveran, fundan y aman, merecen un homenaje constante por su esfuerzo y ternura en diversos ámbitos cotidianos. En Cuba, el 8 de marzo no es simplemente una fecha para elogios, es una jornada dedicada a demostrar, una vez más, que el amor y la entrega de las mujeres son fundamentales para construir un país y un futuro mejores.
En pocas ocasiones, la mujer encuentra importantes escenarios de desarrollo social y profesional pero mantiene una contradicción interna entre lo público y lo privado debido al papel protagónico que desempeña en los cuidados de los hijos, los enfermos y los ancianos en el ámbito familiar.
Presentes en cada sector de la economía, las mujeres son una fuerza imprescindible para garantizar el desarrollo próspero de la nación. Las cubanas tienen un nivel elevado de instrucción y de calificación profesional. Se destacan en la educación, salud, en el comercio, en las labores agrícolas y otras áreas. La dignificación de las mujeres en la Isla constituye uno de los logros más significativos de estos tiempos, dejó de ser concebida solo como objeto de placer y ama de casa al incorporarse de manera integral y activa a los programas educativos, culturales, al trabajo socialmente útil y aportar al desarrollo del país, sin descuidar su esencia maternal como taller natural también, forjador de vida.
Un considerable número de ellas ocupan hoy responsabilidades y ejercen profesiones importantes como médicas, arquitectas, ingenieras, diseñadoras, científicas, licenciadas en ciencias jurídicas, historia, periodismo, y en otras decenas de disciplinas del conocimiento.
Igualmente forman parte decisiva del empresariado, están en el Parlamento Cubano desempeñando un rol trascendental en la construcción del modelo de desarrollo en la Mayor de las Antillas.
El artículo 43 de la Constitución de Cuba, dicta: “que la mujer y el hombre tienen iguales derechos y responsabilidades en lo económico, político, cultural, laboral, social, familiar y en cualquier otro ámbito. El Estado garantiza que se ofrezcan a ambos las mismas oportunidades y posibilidades.”
Hoy en día, aunque sigue siendo considerada el mayor soporte para el hogar, su rol en la sociedad le ha permitido descubrirse en ámbitos antes desconocidos, y revelar capacidades en ámbitos laborales y sociales.
A pesar de los colosales retos que atraviesa el país, las carencias de productos, medicamentos y otras mercancías, las mujeres en Cuba fogueadas en el sacrificio y los asedios externos, no cesan en su empeño de lograr un mejor porvenir para sus familias y compatriotas. Generan iniciativas, innovaciones, al tiempo que participan en proyectos de investigaciones en diferentes ramas del saber, lo cual ha posibilitado contar con tratamientos, vacunas y medicamentos novedosos contra enfermedades y pandemias que azotan al mundo.
De igual manera, están activas en las nuevas formas de gestión, laboran en grupos empresariales, estatales, como cuentapropistas, cooperativistas, en Mipymes, Unidades Básicas de Producción Agropecuaria, y otras estructuras en ascenso a lo largo y ancho del territorio Nacional.
Las encontramos también en decenas de acciones solidarias, como colaboradoras prestando servicios en zonas de ocurrencia de fenómenos naturales, accidentes, u otros flagelos que precisan de apoyo, no solo en su tierra, sino además en otras naciones que lo han requerido.
El heroísmo de las cubanas no tiene fronteras, son altruistas y siempre prestas ayudar a los más necesitados, no ofrecen lo que les sobra, sino comparten lo que tienen, y en estos duros años, ello se ha puesto de manifiesto con mayor ahínco. Están juntos a sus familias y vecinos más unidos que nunca ante cada ardua tarea, asumiendo las complejidades cotidianas que representa la búsqueda de alimentos, medicinas, u otros artículos importantes.
La inserción de la mujer cubana en el proceso de desarrollo del país es, sin dudas, como uno de los fenómenos sociales más exitosos ocurridos en la Revolución Cubana.
La dignidad de la mujer es un reflejo de la justicia y el progreso en la sociedad. En cada rincón del mundo, y en particular en la hermosa Cuba, las mujeres se levantan día a día para demostrar que la fortaleza, la sabiduría y el amor son fundamentales para el tejido social.
Es imperativo reconocer su valor innato, sus luchas y sus triunfos. Las mujeres cubanas, con su historia de resistencia y creatividad, nos enseñan la importancia de alzar la voz contra la desigualdad y exigir el respeto merecido. A cada paso, ellas construyen un camino de esperanza e igualdad.
Al reconocer la dignidad de todas las mujeres, hacemos un llamado poderoso hacia un mundo más justo. La verdadera medida del progreso radica en cómo tratamos a quienes durante mucho tiempo han sido silenciadas. Unidas, las mujeres del mundo son una fuerza imparable, y nuestro deber colectivo es asegurar que sus derechos sean protegidos, sus logros celebrados y sus voces escuchadas.
Así que elevemos nuestras voces y nuestros esfuerzos, no solo para celebrar, sino para garantizar que cada mujer tenga un lugar de respeto y oportunidad en el escenario global. Que esta sea una reflexión sincera y un compromiso duradero.
Muy profundo y realista este comentario, de lo mejor que he leído en redes