Alcances de la Educación Virtual en Salud y su Rol en la Implementación de Competencias e Indicadores de Desempeño
Dr. Rosbel Toledo Ortiz
Director de la Sección Técnica de Atención Primaria de Salud, Sociedad Mexicana de Salud Pública.
Profesor del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM.
Jefe del Área de Gestión del Conocimiento. IMSS-BIENESTAR.
Introducción
La educación virtual, particularmente a través de cursos masivos abiertos en línea (MOOC), ha transformado el acceso al conocimiento en el ámbito de la salud, permitiendo la diseminación de información teórica a gran escala. Sin embargo, su alcance tiene limitaciones específicas cuando se evalúa desde modelos como la pirámide de Kirkpatrick-Miller y la teoría de implementación, especialmente en contextos que requieren habilidades prácticas y cambios de comportamiento en los servicios de salud. Este documento explora estas limitaciones y propone una estrategia integrada para maximizar el impacto de la educación en salud.
Educación Virtual y la Pirámide de Kirkpatrick-Miller
La pirámide de Kirkpatrick-Miller es un modelo ampliamente utilizado para evaluar la efectividad de los programas educativos, estructurado en cuatro niveles: reacción, aprendizaje, comportamiento y resultados. En el contexto de la educación virtual, los MOOC son altamente efectivos en los dos primeros niveles. En el nivel 1 (reacción), los participantes suelen reportar satisfacción con la flexibilidad y accesibilidad de los cursos en línea, lo que fomenta su participación (1). En el nivel 2 (aprendizaje), los MOOC son eficaces para transmitir conocimientos teóricos, como conceptos médicos o protocolos de atención, debido a su capacidad para estandarizar contenidos y llegar a audiencias amplias (2). Sin embargo, este nivel 2 se limita al aprendizaje cognitivo, es decir, a la adquisición de conocimientos, y no abarca el desarrollo de habilidades prácticas ni actitudes, que requieren práctica supervisada y retroalimentación inmediata.
Estudios han demostrado que los MOOC son menos efectivos para enseñar habilidades prácticas complejas, como procedimientos clínicos, debido a la falta de interacción directa y práctica en entornos reales (3). Por ejemplo, Liyanagunawardena señala que los MOOC son ideales para la diseminación de conocimiento, pero su efectividad disminuye cuando se trata de habilidades que requieren supervisión y práctica presencial (2). De manera similar, Hew y Cheung (2014) destacan que los métodos tradicionales o mixtos, que incluyen mentoría directa y actividades prácticas, superan a los MOOC en el desarrollo de habilidades y actitudes. (4) Por lo tanto, la educación virtual alcanza plenamente el nivel 2 de la pirámide en términos de conocimientos, pero el desarrollo de habilidades y actitudes (también parte del nivel 2) y los niveles superiores (comportamiento y resultados) dependen de la educación presencial.
Rol de la Educación en la Teoría de Implementación
La teoría de implementación proporciona un marco para entender cómo las intervenciones educativas pueden integrarse en los servicios de salud para lograr cambios organizacionales y mejoras en la calidad. (5) Esta teoría divide el proceso en cuatro fases: exploración, preparación, implementación inicial y sostenimiento. Ver figura 1. La capacitación, ya sea virtual o presencial, juega un papel crucial en la fase 2 (preparación), donde se desarrollan capacidades y se seleccionan intervenciones (6). Sin embargo, para que los conocimientos adquiridos se traduzcan en cambios de comportamiento y actitudes (nivel 3 de Kirkpatrick-Miller), es esencial complementar la educación con supervisión en la práctica y retroalimentación técnica en sitio.
En la fase de implementación inicial (fase 3), la supervisión directa en los servicios de salud permite integrar las competencias aprendidas y los indicadores clave de desempeño en las rutinas institucionales. Por ejemplo, Frehywot et al. (2013) argumentan que, aunque los MOOC incrementan el acceso al conocimiento teórico, la adquisición de habilidades clínicas depende de la práctica supervisada y la educación presencial, especialmente en contextos de recursos limitados (7). La retroalimentación técnica durante esta fase es fundamental para garantizar que las competencias se apliquen correctamente y para ajustar las prácticas según las necesidades del entorno operativo. En la fase de sostenimiento (fase 4), la retroalimentación continua y la mejora de procesos aseguran que los cambios sean duraderos, impactando positivamente en los indicadores clave de desempeño (KPIs) y, en última instancia, en los resultados de salud. Esta supervisión y retroalimentación puede ser ejecutada por los líderes de calidad y/o los responsables de los servicios en los establecimientos.
Propuesta para una Estrategia Integrada
Para maximizar el impacto de la educación en salud, se propone un modelo híbrido que combine los beneficios de la educación virtual y presencial, alineado con la teoría de implementación y los KPIs. En la primera etapa, los MOOC pueden utilizarse para impartir conocimientos teóricos fundamentales, cubriendo temas como protocolos de atención, guías clínicas y conceptos de calidad de la atención. Esta etapa corresponde al nivel 1 y al componente cognitivo del nivel 2 de la pirámide de Kirkpatrick-Miller, ver figura 2.
En la segunda etapa, la educación presencial debe enfocarse en el desarrollo de habilidades prácticas y actitudes, a través de talleres, simulaciones y prácticas supervisadas en entornos clínicos reales. Esta fase aborda el resto del nivel 2 (habilidades y actitudes) y prepara al personal para la fase de implementación inicial de la teoría de implementación.
Durante la tercera etapa, la supervisión en los servicios de salud es crucial. Los profesionales deben recibir retroalimentación técnica personalizada basada en KPIs específicos, como tasas de adherencia a protocolos, tiempos de respuesta en emergencias o satisfacción del paciente. Esta retroalimentación permite ajustar las prácticas y garantizar la integración de competencias en las rutinas diarias.
Finalmente, en la fase de sostenimiento, se debe implementar un sistema de monitoreo continuo que evalúe los KPIs y mida el impacto en los resultados de salud, como la reducción de tasas de morbilidad o mortalidad. Este modelo asegura que la educación virtual actúe como una base sólida, la educación presencial desarrolle competencias prácticas, y la supervisión en sitio garantice la aplicación efectiva, culminando en un impacto positivo en la salud de la población atendida.
Conclusión
La educación virtual es una herramienta poderosa para la diseminación de conocimientos teóricos, alcanzando hasta el nivel 2 de la pirámide de Kirkpatrick-Miller en términos de aprendizaje cognitivo. Sin embargo, para desarrollar habilidades, actitudes, habilidades prácticas y lograr cambios de comportamiento, es indispensable la educación presencial y la supervisión en la práctica, alineadas con la teoría de implementación. La propuesta presentada combina estas estrategias para implementar competencias y KPIs, asegurando mejoras sostenidas en los servicios de salud y un impacto positivo en la población. Esta estrategia podría ser aplicable al Sistema Educativo de Salud para el Bienestar (SiESABI) donde se brindarían -desde la virtualidad- herramientas prácticas de aplicación presencial para que el personal de salud con actividad docente implemente en sitio. Esto favorecería el desarrollo de instructores o facilitadores presenciales en competencias puntuales para complementar el proceso educativo propuesto.
Referencias Bibliográficas
- Hew KF, Cheung WS. Students’ and instructors’ use of massive open online courses (MOOCs): Motivations and challenges. Educ Res Rev. 2014;12:45-58. doi:10.1016/j.edurev.2014.05.001
- Liyanagunawardena TR, Adams AA, Williams SA. MOOCs: A systematic study of the published literature 2008-2012. Int Rev Res Open Distrib Learn. 2013;14(3):202-27. doi:10.19173/irrodl.v14i3.1455
- Frehywot S, Vovides Y, Talib Z, et al. E-learning in medical education in resource constrained low- and middle-income countries. Hum Resour Health. 2013;11:4. doi:10.1186/1478-4491-11-4
- Hew KF, Cheung WS. Students’ and instructors’ use of massive open online courses (MOOCs): Motivations and challenges. Educ Res Rev. 2014;12:45-58. doi:10.1016/j.edurev.2014.05.001
- Fixsen DL, Naoom SF, Blase KA, Friedman RM, Wallace F. Implementation Research: A Synthesis of the Literature. Tampa, FL: University of South Florida, Louis de la Parte Florida Mental Health Institute, National Implementation Research Network; 2005.
- Implementación de Competencias y KPIs desde la Educación en Desarrollo [Presentación]. México: IMSS Bienestar; 2025.
- Frehywot S, Vovides Y, Talib Z, et al. E-learning in medical education in resource constrained low- and middle-income countries. Hum Resour Health. 2013;11:4. doi:10.1186/1478-4491-11-4

